Revista
Biorrefinería
Vol.
2


.
2


Año:
2019
ISSN:
2602-8530
56
IDENTIFICACIÓN
Las
colonias
de
hongos
pertenecientes
al
género
Trichoderma
spp.
se
reconocen
fácilmente
por

su

rápido

crecimiento

y

su
coloración
particular,

que

varía

del

blanco-
verdoso
al

amarillo-verdoso.

En

el

área

de
conidiosporas
se

observan

anillos

concéntricos,
y
por

el

revés

de

la

colonia

puede

haber
coloración
amarilla,

ámbar,

amarilla

verdosa

o
neutra.
En
cuanto
a
características
microscópicas,
los

conidióforos

son

por

lo
general
hialinos,
erectos,
ramificados,
no
verticilados,
solitarios

o

en

grupos,

con

fiálides
hialinas
en

forma

de

botella.

Las

conidiosporas
están
dispuestas

en

el

ápice

de

las

fiálides;

su
morfología
puede
variar
de
subglobosa
a
oblonga,
lisa

a

espinosa,

hialina

a

verdosa,
dependiendo
de

la

especie

(Arango,

Ordoñez,
Castañeda,
y

Restrepo,

1988;

Barnet

y

Hunter,
1972).

La
identificación

de

especies

se

puede

realizar
mediante
visualización
de
patrones
de
ramificación
y

morfología

tanto

de

conidios
como
de

conidióforos

(Rifai,

1969)

mediante
observación
al

microscopio

luego

de

6

a

7

días
de
crecimiento

en

PDA

a

25-30°

C

(Thongram

et
al.,
2013).

Tanto

Bissett

(1984,

1991)

como
Barnet
y

Hunter

(1978)

establecieron

claves
taxonómicas
para

diferenciar

las

especies

del
género.

Sin

embargo,

hay

pocos

caracteres
morfológicos
útiles,
y
los
existentes
son
similares
entre

,

por

lo

que

la

identificación

de
especies
precisa

basada

en

la

morfología

es
difícil
(Respinis

et

al.,

2010).


Cada
vez

más

van

tomando

mayor

utilidad

las
técnicas
y
herramientas
de
identificación
molecular
(Kubicek,
Komon-Zelazowska,
y
Druzhinina,
2008).

Para

la

extracción

del

ADN
se
inocula

el

Caldo

de

Papa

Dextrosa

(PDB,

por
sus
siglas
en
inglés)
con
tacos
de
PDA
colonizados
con

micelio

aéreo

del

hongo

y

se
incuba
durante

48

h

a

24

°C

en

un

agitador
orbital,
luego

se

filtra

con

un

embudo

Buchner,
se
lava

el

micelio

con

agua

estéril

y

se

tritura;
finalmente
se

procesa

según

el
tipo
de

técnica
molecular
escogida

(Thongram

et

al.,

2013),
tales
como,
el
código
de
barras
de
oligonucleótidos
(Druzhinina
et
al.,

2005),

el
análisis
en
software
(MEGA5)

versión
5
(Tamura
et

al.,

2011),

la

toma

de

huellas
dactilares
de
ADN,

los
Polimorfismos
de
Longitud
de

Fragmentos

de

Restricción

(RFLP,
por
sus

siglas

en

inglés),

la

amplificación

y
secuenciación
del
Espaciador
Transcrito
Interno
(ITS,

por

sus

siglas

en

inglés)

(Gams

y
Bissett,
1998;
Lieckfeldt,
Kuhls,
y
Muthumeenakshi,
1998).


Actualmente
se

han

secuenciado

los

siguientes
genomas
del

género:

T.

reesei,

T.

virens,

T.
asperellum,
T.

harzianum,

T.

parareesei,

T.
gamsii,
T.

longibrachiatum

y

T.

citrinoviride
(Baroncelli,
Zapparata,

Piaggeschi,

Sarrocco,

y
Vannacci,
2016;

Kubicek

et

al.,

2011;

Martínez
et
al.,

2008;

Mukherjee,

Horwitz,

Herrera-
Estrella,
Schmoll,

y

Kenerley,

2013;

Yang

et

al.,
2015).
En

la

figura

2

se

observa

la

variabilidad
morfológica
del

micelio,

de

acuerdo

con

el

tipo
de
cepa

empleada,

aunque

tienen

en

común

la
esporulación
de

color

verde.
Figura
2.

Morfología

de

diferentes

cepas

de
Trichoderma
spp.

(Guigón-López

et

al.,

2010).
CARACTERIZACIÓN
La
caracterización
permite
conocer
las
aplicaciones
específicas

del

hongo

con

base

en
los
metabolitos
producidos
(Lieckfeldt,
Samuels,
Nirenberg,

y

Petrini,

1999).